Discusión bibliográfica: Imitar la letra, transcribir la voz, mecanizar la vida
El avance tecnológico ha
instaurado un nuevo régimen ortopédico, instalando una condición prostética de
das máquinas, dirigido a buscar en ellas todo lo que un cuerpo humano no puede.
En ese sentido, las máquinas aparecen como la expresión de la imposibilidad
humana excedida en el ámbito de lo artificial. Ahora bien, por un lado podemos
considerar todas las ventajas y comodidades que trae esto para nuestro
cotidiano, debido a la mecanización de procesos industriales que solían ser de
alta complejidad para ser de desarrollo mediante el trabajo orgánico. También
podemos incluir en este espectro de avance maquínico al desarrollo de las
ciencias, la nanotecnología, los avances en la tecnoindustria y la robótica.
Pero, por otro lado, también podemos mirarlo desde una vereda crítica, respecto
de la robotización y mecanización de la vida, con todo lo que esto implica.
La condición mimética
inicial que se le daba a la máquina de escribir, dotándola de distintos estilos
de tipografías que se asemejaban con las creadas y dispuestas por la caligrafía
desprendida de la mano humana, es un antecedente de que, en un momento inicial,
las máquinas aparecían para emular el trabajo humano. Es lo que Mcluhan enuncia
como “incapacidad de disociar la estructura mecánica de la forma animal.” [i]
Pues bien, dentro del
desarrollo de la historia de las técnicas de mecanización nos encontramos con
un momento en el que la industrialización reemplaza al trabajo del obrero en
términos de efectividad y de producción en masa. Es desde allí que la
producción industrial pasa a tener una connotación económica más marcada que
con anterioridad, y también política, debido a las implicancias en las
desigualdades de clase, al existir un reemplazo maquinal para ejercer el
trabajo previamente asalariado; “(…) sería un error dejar estos episodios en el
plano de lo puramente anecdótico y no ver en ellos las operaciones de los condicionamientos
tecnológicos en la producción y reproducción (…)” [ii] diría respecto a la
tecnología inmiscuida en el ámbito de la producción poética Castillo, y agregaría “Esta confrontación entre lo artesanal y lo
mecánico se puede relacionar con la ambigüedad con la que el poeta francés Paul
Valéry se refería a la imprenta en la medida en que esta convertía lo
temblorosamente escrito en algo demasiado alto y claro, por lo que llega a
decir que “es un juicio muy precioso y muy temible el ser magníficamente
impreso”[iii].
Esto guarda relación con una de las tesis de Mcluhan, sobre la relación entre
la máquina y el alejamiento de la cultura. Cuando la producción en masa se
vuelve rentable, moviliza a la marginalidad el trabajo artesanal. Mecaniza al
cuerpo, robotiza el cotidiano, causando interesantes consecuencias que incluso
hoy en día están recién estudiándose. Estudios neurocientíficos afirman que las
nuevas generaciones están presentando una menor capacidad de retención de datos
y de memoria, y explican que este fenómeno podría estar relacionado con la
existencia de dispositivos electrónicos que realizan el trabajo que antes era
realizado por la capacidad cerebral de recordar. Puede ser, entonces, que la
robotización de la vida signifique no sólo un alejamiento de la cultura, sino
que también de la propia biología.
“Todo
lo contrario ocurre con las prensas automáticas en las que el maquinista se
convierte en un observador a distancia de la herramienta, cuya única
preocupación es que nada se interponga en el funcionamiento adecuado de la
máquina. (…) la creciente industrialización del mundo editorial terminará por
alejar cada vez más a los creadores del proceso de producción del libro.”[iv]
Sigue
trabajando Castillo, en una línea similar a lo que desarrolla Marx en su
“Fragmento sobre las máquinas”: “En la
maquinaria, la ciencia se le presenta al obrero como algo ajeno y externo, y el
trabajo vivo aparece subsumido bajo el objetivado, que opera de manera
autónoma. El obrero se presenta como superfluo en la medida en que su acción
está condicionada por la necesidad [de capital].” [v]
Cuando Mcluhan plantea, a
propósito del origen del concepto máquina,
“Una de las principales connotaciones del
término machina en la antigüedad está vinculada al arte de la guerra. En un
tiempo en que las armas no tenían la potencia para destruir de manera inmediata
las murallas de las ciudades enemigas, se le denominará machinae a los aparatos
técnicos que se usaban para sitiar, sobrepasar los muros o poder librar batalla
al pie de las murallas. Asimismo, en esta connotación, como en la de máquina
teatral, el término no queda restringido al aparato mismo que le hace frente a
los muros, sino también al ingenio (la “maquinación”) que permitía sortearlos.”[vi],
se puede presentar el conflicto de ¿contra quién está el avance tecnológico en
guerra? Quizás la respuesta sea: está en guerra contra el régimen
antropocéntrico. “La apropiación del
trabajo vivo por el capital adquiere en la maquinaria, también en este sentido,
una realidad inmediata. Por un lado, lo que permite a las máquinas ejecutar el
mismo trabajo que antes efectuaba el obrero, es el análisis y la aplicación
—que dimanan directamente de la ciencia— de leyes mecánicas y químicas. El
desarrollo de la maquinaria por esta vía, sin embargo, sólo se verifica cuando
la gran industria ha alcanzado ya un nivel superior y el capital ha capturado y
puesto a su servicio todas las ciencias; por otra parte, la misma maquinaria
existente brinda ya grandes recursos.” [vii]
En su ensayo “¿Pueden
nadar los submarinos? Las tesis de Turing y el mecanicismo”, D’Andrea y Blanco
trabajan de manera muy interesante la relación entre el cálculo, la lógica, la
filosofía, y la aparición de la computación efectiva - pensamiento mecánico. “La
idea de una máquina que piense puede rastrearse, al menos, desde Descartes, con
una tesis muy clara y por demás influyente en la posteridad: las máquinas
no pueden (ni podrán) pensar, sencillamente porque carecen de la sustancia
pensante. Por otra parte, la idea de un pensamiento mecánico ha suscitado
muchas más adhesiones, provenientes sobre todo de un ideal
lógico-epistemológico que asegure la validez de los procesos inferenciales. La
condición necesaria para el cumplimiento de este ideal fue planteada por el
sueño algorítmico de Leibniz: el razonamiento debe ser reducido a una
combinación de signos y el cálculo no es sino una operación sobre signos.”[viii]
Estxs autorxs plantean el
error de las metáforas antropomórficas para referirse a los procesos mecánicos
para exponer que es una falla epistemológica igualar el cuerpo humano con el
cuerpo mecanizado, ya que este se ancla en el razonamiento sin pensamiento,
saliendo de allí su concepto de efectividad pro su capacidad lógica de calcular
y producir de manera infalible, a diferencia del cuerpo humano. No es posible
mecanizar un cuerpo, pero quizás si sea posible que estemos en la era de la
mecanización de –los modos de producción de- la vida, la conversión a lenguaje
metamatemático, y la automatización. “Lo que puede ser computado siguiendo
métodos efectivos y, mediante la tesis de Turing, lo computable establece los
límites de lo mecanizable” [ix] (P. 199)
[i] Mcluhan, M. (s.d). La galaxia gutember:
génesis del “homo typographicus” (p. 48)
[ii] Castillo, L. (s.d) La máquina de hacer
poesía. Editorial Publicaciones independientes. (p. 107)
[iii] Castillo, L. (s.d) La máquina de hacer
poesía. Editorial Publicaciones independientes. (p. 108)
[iv] Castillo, L. (s.d) La máquina de hacer
poesía. Editorial Publicaciones independientes. (p. 109)
[v] Marx, K. Elementos fundamentales
para la crítica de la economía política. Capítulo “Fragmento sobre las
máquinas”. (p. 4)
[vi] Mcluhan, M. (s.d). La galaxia gutember:
génesis del “homo typographicus” (p. 117)
[vii] Marx, K. Elementos fundamentales
para la crítica de la economía política. Capítulo “Fragmento sobre las
máquinas”. (p. 7)
[viii]
D’Andrea, A; Blanco, J. (2015)
¿Pueden nadar los submarinos? La tesis de Turing y el mecanicismo, en Filosofía
e historia en el cono sur. (p. 193)
[ix] D’Andrea, A; Blanco, J. (2015) ¿Pueden
nadar los submarinos? La tesis de Turing y el mecanicismo, en Filosofía e
historia en el cono sur. (p. 199)
Comentarios
Publicar un comentario